Los increíbles hombres en sus máquinas voladoras
Cuando Wilbur y Orville Wright lograron que su artefacto se mantuviera en el aire por algunos minutos el avión estaba inventado. Antes, Otto Lilienthal había volado con sus planeadores una y otra vez hasta dar fatalmente con sus huesos en tierra. Sin embargo los primeros en remontarse a las alturas fueron los hombres de los globos en sus pompas de jabón arrastrados por el viento, citemos a los franceses Montgolfier, en su globo de aire caliente el 21 de noviembre de 1783, Pilâtre de Rozier y Marquis d’Arlandes fueron los primeros, que se sepa, en volar, si obviamos a Ícaro. No como los pájaros -¡Nadie! Puede volar como los pájaros- aún el más sofisticado de los aviones de hoy en día es un tosco artefacto a la vista del grácil vuelo de las aves. Sin embargo la aviación se desarrolló ampliamente hasta comienzos de los 70s cuando se logró el punto culminante con El Concorde y como en los olímpicos, fueron más alto, más lejos y más rápido. A partir de ahí comienza un lento declive hasta que hoy podemos decir que la aviación no es lo que era. Muchos intentos y modelos no dieron los resultados esperados y para demostrarlo, voy a hacer una lista a vuelo de pájaro (nunca mejor dicho) de los casos fallidos.
Para comenzar hablemos del avión de combate F18 Hornet, es un avión exitoso y de los más utilizados todavía, teniendo en cuenta que se desarrolló en los 70s no se compadece que este en primera línea después de 40 años (eso sí, habla maravillas del aparato). Diseños posteriores no pudieron suplirlo. El Lockheed F-117 Nighthawk, el tan cacareado avión invisible, que los pilotos llamaban “La Cacerola volante”, título no muy honroso, fue derribado en la guerra de los Balkanes porque era invisible al radar pero no al ojo humano (entiendo que con fuego de ametralladora convencional), desde entonces está prácticamente abandonada su producción..
El Lockheed Martin F-22, tal vez de los mejores diseños en la historia de la aviación, cesó su producción por demasiado costoso, mantenimiento complicado 30 horas por cada hora de vuelo y para colmo, los pocos que se construyeron no pueden ir muy lejos pues el sistema de oxígeno envenena a sus pilotos. Se planeó entonces un modelo más económico y si cabe más versátil el F 35, pero los costos de producción han ido subiendo y ya no es tan económico, además el programa lleva bastante retraso y no son operativos todavía.
La aviación comercial después de El Concorde, increíble aparato de grandes prestaciones y con un solo accidente fatal en toda su historia, no ha producido nada parecido, aviones de plástico muy automatizados (el piloto ya no hace casi nada) y aunque algo habrá que abonarle al A 380, el avión de pasajeros más grande del mundo es solo eso .El mayor avión construido jamás, que voló unos minutos a baja altura solamente, fue el hidroavión de Howard Hughes, lo sigue, el Antonov 32 de los rusos que vuela desde los 80s. De los modelos
nuevos son conocidos de sobra los atrasos y las dificultades que ha tenido y sigue teniendo el último producto Boeing, el 787, para entrar plenamente en servicio.
Yendo un poco más alto, vale mencionar la jubilación de los transbordadores espaciales y la pérdida de capacidad para poner astronautas en órbita por parte de los E.E.U.U. Tanto esfuerzo por ganar la carrera a la Luna para, en el siguiente siglo, tener que pagar el pasaje a los rusos en sus magníficas y viejas Soyuz. Si bien la cibernética, telefonía celular y lo digital muestran grandes avances, hay otras ramas del conocimiento y la ingeniería que no parecen caminar muy de prisa. Aunque no vuela, el nuevo aeropuerto de Berlín es un desastre de ingeniería y logística. Dos años de atraso y todavía nadie sabe cuándo se inaugura. Y hablando de Alemania no se nos olvide el estrenduoso fracaso del Drone que no pudo aprobar el examen para volar sobre su propio suelo.
En fin todo este rollo para cerrar por ahora el capítulo del aeropuerto de El Prat. Tres imágenes de aeroplanos aterrizando de los dos consabidos modelos que pululan hoy en día y que hacen monótona la vida del fotógrafo de aviones (Spotter).
SACASAS
Imágenes: Aeropuerto de El Prat, Barcelona.
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