“El Nadaísmo”
Como este blog se lee en otras partes del mundo
(espero) además de Colombia y en la pasada entrada mencioné a los
“nadaístas”, que no son muy conocidos por fuera de las fronteras del
macondiano país y, aunque de acuerdo al tema de la entrada, a la final
no importaba si sabías o no quienes fueron estos “hirsutos personajes”.
Voy a tratar de hacer una disertación explicativa del asunto.
El Nadaísmo fue un Movimiento…así, a secas… porque no se puede
decir literario dado que su obra no resulta muy abundante, vista a
través de los años. Tampoco político, porque a pesar de algunos esbozos
ideológicos y la influencia que pudieron tener en quienes despertábamos,
adolescentes, a este extraño mundo; no quedó evidencia tangible de ese
ideario y, sus “combatientes”, se diluyeron en el posterior movimiento
“Hippie” que llegó diez años después y a su vez, se disolvió convertido
en un objeto de consumo masivo. Pero tal vez lo que si llegó a
ser el Nadaísmo fue un movimiento religioso. Basta ver la insistencia
en inquirir a Dios en sus poemas o esa tendencia continua al acto
sacrílego, como guardar hostias en medio de los libros o invadir
iglesias plenas de “Escribanos católicos” perplejos o el haber sido
fundado por un “Profeta” que, además, culminaría su obra literaria con
dos insulsos libros del misticismo más ingenuo.
“El Profeta” Gonzalo Arango (1931 – 1976), natural de Andes,
Antioquia; por allá en el año 58 fundó este movimiento con la
publicación de un manifiesto y la intervención “sacrílega” en el
Congreso de escribanos católicos, que le costó la cárcel al nuevo
avatar. Sus fundamentos se basaban precisamente en tratar de desfondar
la sociedad colombiana, puritana, conventual y cerrada sobre sí misma,
utilizando medios literarios, “religiosos” y políticos. Tuvieron un
relativo éxito, en lo literario sobre todo; lo religioso y político
siguen igual o peor en el país encomendado al “Sagrado Corazón”.
Adelantados como fueron (diez años antes) a los sucesos de mayo del 68
en Paris y al movimiento “Hippie”, tuvieron notable influencia en los
jóvenes de entonces (me incluyo) y en que los llamados “Jipis”
colombianos (autodenominados “Kolinos”) no fueran una simple copia
“snob” de las tendencias que venían de fuera. También tuvieron
sus influencias externas, el movimiento “Beatnick”, Jean Paul Sartre y
el Existencialismo, e incluso, el principio de incertidumbre de
Heinsenberg. Pero su respuesta a estas condiciones no fue revolcarse en
la angustia de lo ignoto si no, lo que después se llamaría el
“Happening”, la tomadura de pelo y la dudosa felicidad de saberse nada.
De alguna manera lograron zarandear la anquilosada sociedad
colombiana y sonaron en los medios, pero su literatura, con pocas
excepciones, se volvió vieja, los integrantes fueron absorbidos
finalmente por el sistema y ya no escribieron nada nuevo. Solo
persistieron Elmo Valencia “El Monje Loco” (otra vez la religión)
y”X-504” Jaime Jaramillo Escobar. De todas maneras no es dado pedirle
nada (o algo) a quién propende precisamente por eso…. por NADA. ¡El Nadaísmo ha muerto! ¡Viva el Nadaísmo!……
SACASAS
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