lunes, 21 de abril de 2014

“El Nadaísmo” y un par de imágenes analógicas. Por: SACASAS





 

“El Nadaísmo”

 

 

   Como este blog se lee en otras partes del mundo (espero) además de Colombia  y  en la pasada entrada mencioné a los “nadaístas”, que no son muy conocidos por fuera de las fronteras del macondiano país y, aunque de acuerdo al tema de la entrada, a la final no importaba si sabías o no quienes fueron estos “hirsutos personajes”. Voy a tratar de hacer una disertación explicativa del asunto.
 El Nadaísmo fue un Movimiento…así, a secas… porque no se puede decir literario dado que su obra no resulta muy abundante, vista a través de los años. Tampoco político, porque a pesar de algunos esbozos ideológicos y la influencia que pudieron tener en quienes despertábamos, adolescentes, a este extraño mundo; no  quedó evidencia tangible de ese ideario y, sus “combatientes”, se diluyeron en el posterior movimiento “Hippie” que llegó diez años después y  a su vez, se disolvió convertido en un objeto de consumo masivo.  Pero tal vez lo que si llegó a ser el Nadaísmo  fue un movimiento religioso. Basta ver la insistencia en inquirir a Dios en sus poemas o esa tendencia continua al acto sacrílego, como guardar hostias en medio de los libros o invadir iglesias plenas de “Escribanos católicos” perplejos o el haber sido fundado por un “Profeta” que, además, culminaría su obra literaria con dos insulsos libros del misticismo más ingenuo.



“El Profeta” Gonzalo Arango (1931 – 1976), natural de Andes, Antioquia; por allá en el año 58 fundó este movimiento con la publicación de un manifiesto y la intervención “sacrílega” en el Congreso de escribanos católicos, que le costó la cárcel al nuevo avatar. Sus fundamentos se basaban precisamente en tratar de  desfondar la sociedad colombiana, puritana, conventual y cerrada sobre sí misma, utilizando medios literarios, “religiosos” y políticos. Tuvieron un relativo éxito, en lo literario sobre todo; lo religioso y político siguen igual o peor en el país encomendado al “Sagrado Corazón”. Adelantados como fueron (diez años antes) a los sucesos de mayo del 68 en Paris y al movimiento “Hippie”, tuvieron notable influencia en los jóvenes de entonces (me incluyo) y en que los llamados “Jipis”  colombianos (autodenominados “Kolinos”) no fueran una simple copia “snob” de las tendencias que venían de fuera. También tuvieron sus influencias externas, el movimiento “Beatnick”, Jean Paul Sartre y el Existencialismo, e incluso, el principio de incertidumbre de Heinsenberg.  Pero su respuesta a estas condiciones no fue revolcarse en la angustia de lo ignoto si no, lo que después se llamaría el “Happening”, la tomadura de pelo y la dudosa felicidad de saberse nada.
De alguna manera lograron zarandear la anquilosada sociedad colombiana y sonaron en los medios,  pero su literatura, con pocas excepciones, se volvió vieja, los integrantes fueron absorbidos  finalmente por el sistema y ya no escribieron nada nuevo. Solo persistieron Elmo Valencia “El Monje Loco” (otra vez la religión) y”X-504” Jaime Jaramillo Escobar. De todas maneras no es dado pedirle nada (o algo) a quién propende precisamente por eso…. por NADA. ¡El Nadaísmo ha muerto!  ¡Viva el Nadaísmo!……  
       
                                                     SACASAS

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