sábado, 30 de julio de 2016

Caminando Catalunya: De Gavá al Garraf. Fotos y texto: SACASAS



Capella de la Mare de Deu de Bruguers



Caminando Catalunya: De Gavá a Garraf





Este recorrido que a primera vista no prometía mucho terminó lleno de detalles interesantes  dignos de mención. Gran parte de esta ruta forma parte del GR92 un sendero,  del que se ha hablado en anteriores entradas, que viene desde Francia y llega hasta Murcia e incluso, Andalucía. Por su proximidad a Barcelona y a zonas densamente pobladas me temía que sería un recorrido lleno de urbanizaciones, tráfico y personas; nada más lejos de la realidad, el camino se interna en el parque del Garraf por la línea montañosa costera y aunque siempre se ven al fondo, entre la montaña y el profundo azul del Mediterráneo, las aglomeraciones urbanas desde el Maresme hasta Castelldefels; la ruta es agreste, con fuertes trepadas y transcurre en soledad, una vez pasado el castillo de L`Eramprunyá solo encontré tres personas en el lapso de cinco o más horas desde allí hasta las primeras calles del Garraf.

 

 

Detalle de la ermita de Bruguers.

 

Desde las últimas calles de Gavá se asciende entre bosques de coníferas hasta Bruguers un barrio elegante situado a manera de balcón frente al mar y la ciudad, rendidos a sus pies. Allí, después de pasar frente a un restaurante del cual emanaban efluvios tentadores pero, por su aspecto, inalcanzable para mi magro bolsillo, se llega a la Capella de  la Mare de Déu de Bruguers (S. XII a XV), el paraje está medio integrado con las instalaciones del elegante comedero y envuelto en los aromas antes mencionados que hacían mella en mi estómago en ayunas.

 

Arco natural de piedra

 

 Un poco más adelante y a un lado del camino que conduce al Castell de L`Eramprunyá presenciamos el primer ejemplo de un fenómeno natural regional que más adelante tomará un carácter peligroso. Se trata de la dilución por el agua de la roca calcárea dejando en pie las partes menos solubles al cristalino líquido y, en este caso, forman un arco esculpido por la naturaleza y el tiempo. Después de una corta pero empinada subida se llega al castillo antes mencionado. Del castillo en sí queda poco en pie algunos arcos y paredes pero también hay una ermita que conserva la techumbre pero parece posterior en construcción a la obra militar.

 

Castell de L`Eramprunyá.

 

 A partir de aquí la civilización se desvanece y nos adentramos en el parque del Garraf con dos duros ascensos primero a Les Agulles (rocas verticales con forma de aguja) y finalmente, el punto más alto del recorrido, La Morella, batido por vientos que no permiten mantener bien el equilibrio con una cruz y un punto geodésico (tras el cual me protejo del ventarrón) y a un lado, sobre un pequeño promontorio, una estación de antenas para recordar que de este mundo “moderno” no se puede escapar. Aprovecho para una pequeña siesta acariciado por un “jacuzzi” de aire en la cúspide del recorrido.

 

Gavá desde La Morella y la ruta seguida. Se ven Les Agulles y más abajo el castillo.

 

 Un poco antes de llegar a La Morella y prácticamente hasta el Garraf  aparecen los primeros  orificios, tienen la boca estrecha (un metro aprox.) pero se amplían a los pocos centímetros de profundidad. El agua a través de los años filtrándose en el terreno ha hecho estos socavones de cientos de metros de profundidad casi verticales y escasos de oxígeno, hay que seguir el camino con mucho cuidado y acercarse con prudencia a los pozos que están señalizados. Como quien camina sobre un queso emmental. No intente entrar en ninguno pues estando solo era muy arriesgado.

 

La Morella el punto más alto del recorrido.


 

Después del descanso en La Morella queda un largo descenso hasta el Garraf  pasando por una aislada casa modernista perdida entre esos pedregosos montes y acercándose cada vez más al mar donde en un trozo abrupto de la costa se levanta la población final del trayecto. Allí comer un mal bocadillo de buen jamón pero con pésimo pan, una cosa mata a la otra, pero no había más remedio ni otra cosa que comer y había que romper el ayuno antes del retorno en tren a Barcelona.

 

SACASAS

 

Sima



El Garraf


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