Celebración del blog con la llegada del nuevo año.
Comienza el año con una Barcelona inusualmente fría y lluviosa, hay menos transeúntes, la gente poco habituada a estas temperaturas se recluye en sus casas y solo sale para lo inevitable, incluso parece haber menos turistas que en temporada están hasta en la sopa. La ciudad mojada es un espectáculo poco común pues rara vez llueve más dos días seguidos y menos sin verle la cara al sol en algún momento.
El futuro de los humanos en el planeta se ve
igual de gris y tormentoso; las noticias de guerra, naciones arrasadas sin
futuro, grandes incendios o inundaciones, enormes icebergs fragmentándose en
los polos, la política electoral demostrando su inutilidad ante masas poco
ilustradas y manipuladas, cualquiera es presidente o, peor aún, emperador,
saturan los medios. No eran mucho mejores, tampoco, las previsiones que nos
hacíamos el año pasado. El caso es que sobrevivimos. Aquí estamos y, como
siempre, la vida tuvo sus dulces y sus amargos y los seguirá teniendo mientras
nos permita permanecer en este, cada vez más, absurdo y extraño mundo que nos
ha tocado.
Hace cuatro
años empecé a publicar este blog en Wordpress (luego duplicado en Blogger) con
la idea de divulgar mis fotos y publicar artículos cortos sobre temas que
considero interesantes pero eludiendo los referentes a política o religión para hacer la página accesible a
todo el que quiera entrar en ella, tampoco hago comentarios de mi vida personal
por ser tema de poco interés general, aunque hoy haremos esta pequeña excepción
pues no podemos hablar del blog olvidando a su autor. Todo este rollo para
comunicar que “Grabado de la luz” (“El Grabado de la Luz” en Blogger) ha
completado (y sobrepasado) felizmente las 20 000 visitas, número pequeño para
el tamaño de la red pero suficiente para persistir en el intento. Valga la
oportunidad para agradecer a los que se toman la molestia y el tiempo para
entrar en las oscuras páginas donde la luz, y un poco menos, la literatura son
las protagonistas. Me comprometo a seguir adelante en la medida de mis
capacidades. Gracias.