domingo, 6 de noviembre de 2016

Cementerio Les Corts. Fotos y texto: SACASAS.










Los muertos están solos, no hay nadie visitándolos, en los países “desarrollados”  los camposantos no tienen casi visitantes, la muerte no es muy bien vista, de hecho ese día no había ninguno. Descansan, los finados, llenando con su silencio los apeñuscados rincones de la necrópolis donde no parece haber espacio para muchos más y como  no tiene cadáveres famosos de los llamados “inmortales”, que en otros cementerios impiden la ausencia total de los vivos, futuros muertos todos estos, el de Les Corts está condenado  a su silencio no obstante estar rodeado de una ruidosa ciudad, como hay pocas.








El estilo modernista, alegremente adornado, pleno de transparencias, donde la luz se requiebra en colores de “vivo” brillo a través de las acristaladas ventanas de capilla y panteones, edificios levantados en ladrillo de coqueto rosa que, sin ser impertinente, anima el mundo de lo inanimado.

Sacasas