jueves, 8 de diciembre de 2016

El protóxido de hidrógeno. Fotos y texto: SACASAS.




El protóxido de hidrógeno.


Si iniciáramos un incendio quemando hidrógeno en presencia de oxígeno obtendríamos una ceniza muy especial de esa combustión: Protóxido de Hidrógeno. Esta singular molécula de la que es muy apropiado y saludable consumir en suficiente cantidad invade sin remedio todos los rincones del planeta pues donde no está líquida se disfraza de gotitas de vapor para ejercer su omnipresencia en todos los espacios y. como los ángeles, sube a los cielos y cae después hecho maná sobre la arrugada superficie de nuestro habitado esferoide para seguir llenando los infinitos resquicios, jardín de senderos que se bifurcan, donde innumerables seres requieren su presencia. Protóxido de hidrógeno, ceniza de un fuego que ya nadie recuerda dónde ni cuándo ocurrió; en qué recóndito sector del universo (el nuestro) esa escoria, ascua ya sin fuego, pudo dar a luz a la vida.





Por si acaso, la fórmula  de esa pequeña molécula, intríngulis de partículas en alocada danza quántica es:

H2O



Sacasas




domingo, 6 de noviembre de 2016

Cementerio Les Corts. Fotos y texto: SACASAS.










Los muertos están solos, no hay nadie visitándolos, en los países “desarrollados”  los camposantos no tienen casi visitantes, la muerte no es muy bien vista, de hecho ese día no había ninguno. Descansan, los finados, llenando con su silencio los apeñuscados rincones de la necrópolis donde no parece haber espacio para muchos más y como  no tiene cadáveres famosos de los llamados “inmortales”, que en otros cementerios impiden la ausencia total de los vivos, futuros muertos todos estos, el de Les Corts está condenado  a su silencio no obstante estar rodeado de una ruidosa ciudad, como hay pocas.








El estilo modernista, alegremente adornado, pleno de transparencias, donde la luz se requiebra en colores de “vivo” brillo a través de las acristaladas ventanas de capilla y panteones, edificios levantados en ladrillo de coqueto rosa que, sin ser impertinente, anima el mundo de lo inanimado.

Sacasas